Esta escuela infantil es una joya. Llegamos a España con muchas dudas sobre qué centro escoger y no podemos estar más contentos con la elección.
No sólo es una escuela en la que aprenden muchísimas cosas (se centran mucho en el hecho de que, a través del juego, aprendan cosas continuamente) sino que además les dan muchísimo cariño, y acompañan tanto a los niños como a los padres si hay alguna «dificultad». Las profes les quieren como si fueran suyos, llevan unos horarios geniales de comidas y siestas, lo mantienen todo super limpio y ordenado, las comidas se preparan en la cocina del mismo centro, y un largo etc.
Además la directora del centro, Pilar, es un amor tanto con los niños como con los padres y está siempre pendiente de que todo vaya rodado. Mis dos hijas van muy felices a la escuela y de verdad que tanto las instalaciones como el personal te lo ponen super fácil.
Esta escuela es un diez!